Es importante diferenciar dentro de los tratamientos que se realizan durante la infancia, entre ortodoncia infantil y ortopedia dentofacial. Cuando hablamos de ortopedia nos referimos a toda aquella aparatología destinada a estimular, favorecer, modificar o intentar controlar el crecimiento óseo durante la etapa de desarrollo y formación de nuestros pacientes.
Este tipo de tratamientos están destinados, no sólo a solucionar el problema esquelético que presenta el paciente en el momento que acude a la consulta, sino también a favorecer una futura etapa de dentición permanente, de tal forma que si llegase a ser necesario un tratamiento en este punto, este sería más simple y con mejor pronóstico. Así, la ortopedia tiene carácter tanto correctivo como preventivo.
Una vez finalizado el recambio dentario, alrededor de los 13-14 años de edad, valoramos la posición de los dientes permanentes, la oclusión y la funcionalidad, y valoramos si es o no necesario tratamiento ortodóncico. En tal caso, hablamos de ortodoncia infantil, en la mayoría de los casos, con los diferentes tipos de brackets de que disponemos y sus correspondientes auxiliares complementarios.
En ese momento la mayor parte o el total del crecimiento craneofacial ha finalizado y sólo tratamos malposiciones dentarias. Por ello recomendamos siempre una primera consulta al ortodoncista entre los 6 y 8 años de edad para valorar la posibilidad de tratamiento ortopédico mientras se dan los picos de crecimiento más importantes del desarrollo infantil.